Hoy se estrena en las pantallas de medio mundo la esperada '2012', de Roland Emmerich, un tipo simpático que se pasa los días imaginando cómo destruir el mundo. Suyos fueron otros proyectos catastrofistas como 'Independence Day', 'Godzilla' o 'El día de mañana', todas ellas películas donde el ser humano luchaba por sobrevivir a cosas chungas.
¿Qué podemos esperar de '2012'? Básicamente, una película de catástrofes y efectos especiales a tutiplén, entre los cuales veremos hasta hartarnos a un John Cusack, que acusa al gobernador de California de ser un actor y que tiene que salvar a su familia y a parte del mundo. Obviamente, sobrevivirá a multitud de peligros y la gente se preguntará que qué casualidad que sea él el que sobreviva, cuando está claro que por eso su personaje es el protagonista, no van a contar la historia de un tío que se muere a los cinco minutos.
Hace poco pudimos cinco minutos del film y la verdad es que si la acción fuera tan trepidante durante toda la película sería muy considerable, pero la experiencia, que sirve para algo, nos ha demostrado que muchas películas tienen un comienzo muy frenético y luego decaen. No me arriesgo a dar un pronóstico claro hasta que no la vea, aunque han sido tantas las veces que hemos oído hablar que el mundo se iba a acabar en el año 2012 que es casi una obligación verla.
Y, no. El mundo no se va a acabar en 2012 por mucho que lo dijeran los mayas (que tampoco es así exactamente).
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